domingo, 24 de junio de 2012
¡Un bizcocho para los más aventureros!
Aprovechamos este exquisito manjar para explicar el origen de la palabra "bizcocho" y efectivamente... viene del latín bis- coctus que quiere decir "cocido dos veces". Y es que nos encanta encontrar ese origen Griego o Romano de todo aquello que nos rodea!!!!
domingo, 17 de junio de 2012
Memorias de Grecia para ser leídas en el ascensor (Artículo de Antonio Rico en La Nueva España)
La mirada humanista del profesor asturiano Pedro Olalla sobre la historia de un país acosado por la coyuntura económica
Hace siglos que sabemos
que la Tierra no permanece quieta en el centro del universo suspendida
de la nada, pero nos está costando entender que Europa no permanece
quieta en el centro de la crisis suspendida de los mercados. Y quien
dice Europa dice Grecia. ¿Por qué Grecia? Ya no tenemos con nosotros a
la gran helenista Jacqueline de Romilly para contestar a esta pregunta, y
casi todos los helenistas han sido barridos del mapa de Europa por los
mercados, la prima de riesgo, las agencias de calificación, la deuda
soberana y toda esa metafísica financiera con la que algunos justifican
la estafa de la crisis. Los nuevos sabios de la economía nos piden
sacrificios y sentido común, pero no fue el sentido común lo que hizo
grande a Aquiles. ¿Por qué Aquiles? ¿Por qué Homero, Platón,
Aristóteles, Alejandro Magno? ¿Por qué Grecia, si sus templos están en
ruinas? ¿Por qué interesarse por la historia, si el presente es urgente y
el pasado es sólo importante? El helenista (sí, helenista), escritor,
profesor, traductor, fotógrafo y cineasta Pedro Olalla (Oviedo,
1966) ha escrito un libro urgente sobre la historia de Grecia que
arrojará luz sobre nuestro importante presente porque, como dice el
escritor asturiano y embajador del helenismo, el fin de la historia es
mejorar el mundo y, además, ya es hora de que alguien nos ayude a
responder a la pregunta «¿Por qué Grecia?».
Historia menor de
Grecia no es novela histórica y no es historia novelada. Tampoco es un
ensayo histórico ni, mucho menos, historia ensayada. No es un manual de
historia de Grecia para eruditos, ni alta divulgación para iniciados, ni
siquiera una introducción al mundo griego especialmente indicada para
todos aquellos que creen que Grecia es un país con algo de historia, un
poco de presente y ningún futuro. Pedro Olalla podría haber escrito una
novela histórica, una historia novelada, un ensayo histórico, una
historia ensayada, un manual universitario, un libro de alta divulgación
o un texto divulgativo para uso de alemanes abducidos por la metafísica
de la crisis, pero ha preferido ofrecernos, como dice el sugerente
subtítulo de Historia menor de Grecia, una mirada humanista sobre la
agitada historia de los griegos.
En la bellísima introducción
(cuatro páginas que nuestros políticos deberían leer antes de sacar la
tijera), Pedro Olalla dice que todo lo que se cuenta en Historia menor
de Grecia ha sucedido, y si no ha sucedido así, al menos influyó en la
historia posterior como si así hubiera sido, lo cual es asimismo una
forma de suceder. Como Memorias de Adriano, las maravillosas memorias
ficticias del emperador romano escritas por Marguerite Yourcenar, una
obra meticulosamente documentada que ofrece una visión verosímil y
profunda del pensamiento y de la obra de Adriano, Historia menor de
Grecia es una delicia literaria con un contenido rigurosamente
histórico. Así pues, Pedro Olalla ofrece al lector unas «Memorias de
Grecia» que no se limitan a diseccionar con precisión de cirujano y
exactitud de poeta a grandes personajes de la historia de Grecia como
Homero o Pericles (que también), sino que nos llevan a Alejandría con
Demetrio de Falero (295 a. C.), a Roma con los filósofos Carnéades,
Diógenes y Critolao (155 a. C.), al puerto de Esmirna con Ignacio de
Antioquía (107), a Adrianópolis con Roger de Flor y los principales
caballeros de la Compañía Catalana (1305) y, por supuesto, a Atenas,
aunque sea la Atenas ocupada por los turcos y acosada por la artillería
del veneciano Morosini (1687). ¿Por qué todo esto no forma parte de la
historia «mayor» de Grecia, sino sólo de la «menor»? ¿Acaso porque no
son grandes hechos, como apunta Pedro Olalla, y no aparecen en los
libros de texto? Concedámoslo. Pero sí concedemos también que los hechos
«menores» que forman Historia menor de Grecia muestran la grandeza, la
vileza o la contradicción de la condición humana mejor de lo que haría
un manual con los «grandes éxitos» de los griegos.
Los 126
capítulos de Historia menor de Grecia abarcan desde las costas de Jonia
oriental, en el mar Egeo, en torno al 750 a. C. (un aedo se propone
componer un poema sustentado en la escritura en vez de en la memoria),
hasta la isla de Ischia, la antigua Pitecusa, en Italia, en 1955
(Giorgio Buchner recompone una copa de barro hallada en la tumba de un
muchacho fenicio). Son capítulos cortos y, a veces, muy cortos que se
pueden leer en el ascensor o en la parada del autobús. Son capítulos
bellos y, casi siempre, muy bellos que se deberían leer después de ver
el telediario o escuchar una rueda de prensa de Mourinho. Página a
página, vuelven a la vida filósofos como Anaxágoras, a punto de partir
para Lámpsaco después de ser condenado por impiedad en Atenas (433 a.
C.), o como Aristóteles, que se pregunta en el Ninfeo de Mieza,
Macedonia (339 a. C.), si habrá conseguido despertar en el alma del
joven Alejandro y de sus amigos el asombro y el cuestionamiento.
Capítulo a capítulo, nos acercamos a Eratóstenes de Cirene, que se
propone calcular el tamaño de la Tierra (230 a. C.), escuchamos las
reflexiones de Filón de Alejandría (40), sufrimos con la ruina de Atenas
tras ser destruida por los hérulos (267), acompañamos a Juliano el
Apóstata en un sueño imposible (361), espiamos a Teodosio cuando dicta
al escriba el edicto en el que desea que todas las gentes gobernadas por
él profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos
(380), entendemos por qué el Papa Gregorio revoca el decreto de nulidad
sobre el bautismo de los griegos, de forma que el bautismo ortodoxo se
considera nuevamente válido (1235), y hasta saboreamos la almástiga de
Quíos, un líquido con virtudes medicinales que mana de los árboles.
Página a página, capítulo a capítulo, la historia menor de Grecia se
hace mayor.
El filósofo pitagórico Parón decía que en el tiempo se
engendra el olvido y proclamó al tiempo rey de la ignorancia. Pedro
Olalla ha escrito Historia menor de Grecia precisamente para destronar
al tiempo como rey de la ignorancia y proclamar al tiempo como maestro
de la vida. El tiempo, la historia, nos habla de la fragilidad de la
civilización y de lo efímero de sus conquistas, que han de ser
defendidas día a día. En todo momento, sobre todo después del telediario
y de las ruedas de prensa de Mourinho. Y en todos los lugares,
incluidos el ascensor y la parada del autobús.
Ir al artículo en La Nueva España
martes, 12 de junio de 2012
Nach (Mil Vidas) La Historia con otros ojos...
Aquí os dejamos una preciosa y dificil canción que nos hace ver la historia desde
otra perspectiva. El cantante se llama Nach y es Licenciado en Sociología
por la Universidad de Alicante. En ella hace un recorrido a lo largo
de la historia de una forma curiosa.
Ideal para trabajar en clase con los alumnos y plantear la siguiente pregunta...
¿Qué época de la antigüedad echamos en falta?
(¡¡Pregunta para los "Clásicos"!!)
(A continuación tenéis la canción y la letra)
Toda una vida es poco para un hombre,
la tierra me entregó un cuando y un donde
atrapado ahora en esta era insomne,
quiero vivir más vidas que la que me corresponde,
viajar a los paisajes que toda memoria esconde.
Verme al principio de los tiempos sin autoconciencia,
homo sapiens cuya ciencia es la supervivencia
con la piel en carne viva mi paciencia doma el fuego
Madre Tierra da la esencia que alimenta luego.
Habitar el Nilo antes de Jesucristo,
ser escriba del antiguo Egipto
ver que existo y aun resisto junto a Keops mi faraón,
saber que es dueño de los sueños que poseo y de mi razón.
Civilización en gracia como Grecia
sentir en vivo la pasión de Platón cosmovisión.
Desde el Partenón su herencia
entre columnas corintias sus lecciones limpian mi conciencia y son
Luz para el corazón, luz para la historia
luz como magnolias en Mongolia
sentirme un samurai, con sed de gloria
defender mi Imperio, conquistando como único medio para hacer historia
//Estribillo// x2
Mil Vidas, quisiera vivirlas todas, una sola es poco y yo choco entre las olas
del tiempo, horas yendo a la deriba
por qué solo una época, por qué sólo una perspectiva.
Las olas del tiempo llegan al Renacimiento
allí Leonardo me anticipa un nuevo invento
me siento junto a Copérnico en un mundo esférico y metálico
mientras la Inquisición sigue mis pasos sin aliento.
Viena mil setecientos, ciudad llena de cultura
palpo la hermosura de un lugar lejano
gozar al rozar a Mozart verle tocar
y acariciar la eternidad entre sus notas de piano
Sinfonía en armonía
querer vivir las vidas que no fueron mías no es absurdo
como entrar al palacio de un zar en San Petersburgo
y gritar (Revolución) para cambiar el mundo
y mientras cambia yo lo observo
pueblos invaden, pueblos siglos y derrotas, civilizaciones rotas
verme al lado de Toro Sentado, ser un chaman
meditando iluminado entre los prados de Dakota
y brota en mis manos magia, cura del hombre blanco
y la locura que contagia y así el futuro se presagia
mientras el sol desde su trono vigila y dicta
el ser humano es solo un parpadeo de todo lo que ha visto
"Ven a chocar en las olas del tiempo, milenios que se funden
en un solo momento, quiero vivir mil vidas."
//Estribillo// x2
Mil Vidas, quisiera vivirlas todas, una sola es poco y yo choco entre las olas
del tiempo, horas yendo a la deriba
por qué sólo una época, por qué sólo una perspectiva.
Chicago años veinte visto gabardina, zapatos de charol
siento el descontrol mirando en cada esquina
la Ley Seca se impone yo acudo a un cabaret
para olvidarme que la mafia de Al Capone se propone liquidarme
Viajar a Woodstock y desde el amancer yacer
entregado al amor libre y al placer
ver en concierto a Jimmy Hendrix, Janis Joplin y a Tim Hardin
colocao de LSD este es mi jardin mi camping
Mi libertad sin fin y allí me veo, buceo
entre los prados de la historia y su fortuna
quiero escapar junto con esta pluma de un presente que me abruma
estar en la pupila de Neil Amstrong al pisar la luna.
Ser un pantera negra, con mi puño en alto, pelo afro
sentarme con Rosa Parks atrás en aquel auto
aprender de Crazy Legs y de sus primeras firmas
fin de los setenta sur del Bronx no hay mas enigmas
que el deseo de vivir más vidas que una sola
Madrid, ochenta y tres, movida yo en la puerta del Roccola
fumandome un pitillo absorto
pensando que el camino que separa cuna y cementerio es corto
Mil vidas, allí donde quise estar, y todo lo que quise ver.
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