Aproximándonos al final del año 2011, trataremos hoy una fiesta tan popular para nosotros como es el Año Nuevo o Fin de Año. Muchas son las civilizaciones que festejan este día.
Se cree que la cultura babilónica fue la primera donde esta fiesta se hizo, hace muchísimos años... unos 4000 aproximadamente; la celebración empezaba en el
equinocio de primavera y duraba 11 días.
Para los egipcios, el año
nuevo comenzaba a partir de la crecida del río Nilo, para ellos tan importante ya que el río daba vida al inmenso desierto que les rodeaba, era al inicio de la
primavera lo que preparaba las tierras para la siembra.
Algunos otros pueblos en la antiguedad iniciaban su año en la
época de la cosecha, debemos pensar que era uno de los medios de
supervivencia y por eso le daban tanta importancia a este momento.
Para los
romanos, que es entre lo que más tratamos en este blog, debemos recordar que su calendario constaba de 10 meses (Martius, Aprilis, Maius, Iunius, Quintilis, Sextilis, September, October, November, December) hasta el siglo II a.C. aproximadamente, donde lo reforma Numa Pompilio y añade los meses de Enero y Febrero entre Diciembre y Marzo, entonces el año ahora comenzaría en Enero. Esta tradicción del Año Nuevo ya era algo fijo al comienzo del
Imperio Romano. El autor Ovidio, en su obra Fastos, donde trata de plasmar el calendario romano, imagina que el 1º de Enero, el dios Jano apareció
explicándole las costumbres del día. El mes de Enero, Ianuarius, era consagrado al
dios Jano, el que mira atrás y hacia delante, al final del año
terminado y al comienzo del siguiente. Jano, conocido como el dios de todos los
inicios. Aparece una invocación de Ovidio a Jano: «tú que tienes las dos caras y
el año empiezas en silencio, único entre los espíritus que ve detrás».
Nuestros antiguos romanos se regalaban ramas de árboles
sagrados, , incluso se daban una especie de felicitación navideña o monedas bañadas en oro con la imagen de Jano. La función de Jano era la de pedir los inicios, los pasajes desde
un periodo temporal a otro -el periodo entre la paz y la guerra-, los
renacimientos iniciáticos, siendo el «Iniciador» por excelencia. Enero
se consagró a él y el sacerdote ofrecía «cebada, sal y una tortilla con
queso, harina, huevos y aceite preparados en el horno». También tenían por costumbre
invitar a amigos e intercambiar un vaso con miel, dátiles e higos. El día de Año Nuevo no era un día de fiesta como bien vemos en Oviedio: "El año que se inicia lo he ligado a los trabajos que deben
realizarse, con el fin de que el año entero no sea perezoso por un
auspicio de pereza. Por esto mismo cada uno estrena su oficio realizando
algo, y simplemente testimonia cuál es su trabajo habitual."
Los celtas se regalaban ramas de muérdago sagrado. Debido a
la invasión del Imperio Romano de las tierras que ahora son islas
británicas, muchas costumbres se asimilaron a la tradición.
Algunos otros pueblos en la antiguedad iniciaban su año en la
época de la cosecha, debemos pensar que era uno de los medios de supervivencia y por eso le daban tanta importancia a este momento.
Y, ¿de donde viene nuestra costumbre de comer uvas?
Pues no, no tiene origen antiguo, aunque la uva para los antiguos estuviera tan extendida, sino que se remonta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Para ver hechos realidad los deseos, el ritual manda que se despida el
año tomando las "doce uvas de la suerte", una por cada mes, al compás de
cada una de las doce campanadas de reloj que marcan la medianoche del
31 de diciembre. Siendo la teoría más extendida la que sitúa su origen en un excedente de uva por parte de agricultores de Alicante y Murcia.
En otros países como Italia, tienen otro tipo de costumbres que sí son de origen más antiguo, el de comer lentejas, sí, lentejas! La Navidad parece ser más una época de fiambre, carnes, mariscos, dulces y chocolate…
no de legumbres. El plato que se toma en Nochevieja se conoce, de hecho, como "lentejas de la suerte". La historia de esta tradición se remonta hasta la Edad Media italiana.Una de las razones por las que se toma este plato se dice que es la sobreproducción de lentejas en los campos y fue lo
que provocó que se extendieran a nivel nacional como plato típico de las
navidades. Otras personas sitúan su origen en otra costumbre de la
época: se solía regalar una pequeña bolsa con lentejas a los amigos y familiares para desearles buena fortuna. ¿Podemos ver una relación de esto con las antiguas tradicciones que dan comienzo al año en época de la cosecha?
Ambas costumbres conocidas pero que aun no están resueltas del todo.
Si conoceis alguna razón más, esperamos vuestros comentarios!
Y para nuestros alumnos, les dejamos unas actividades para estas vacaciones que veremos a la vuelta de las Navidades.... * (Actividades para los alumnos)
Entráis en este enlace y realizáis las actividades que aparecen y las entregáis al profesor correspondiente de latín o cultura clásica.